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El Fin de las Golden Visa en España

 

Recientemente el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha anunciado planes para eliminar las Golden Visa, con el objetivo de abordar el problema del acceso a la vivienda. Esta medida supone un cambio significativo en la política de inmigración e inversión de España.

Las llamadas Golden Visa, que no son sino programas de residencia por inversión, han sido una opción atractiva para inversores extranjeros en busca de residencia en España. Desde su introducción en 2013, estos programas permiten a los inversionistas obtener visas de residencia al realizar inversiones significativas en el país. En el caso de España, las opciones incluían, de forma resumida, una inversión mínima de dos millones de euros en deuda pública, un millón de euros en activos financieros, o medio millón de euros en inmuebles.

Esta medida fue diseñada para atraer inversión extranjera y revitalizar la economía española, especialmente en el mercado inmobiliario. De hecho, en los últimos años, más del 90% de las solicitudes de Golden Visa en España se han centrado en la inversión en viviendas, lo que ha supuesto una entrada anual de más de 500 millones de euros a nuestro país.

Sin embargo, esta política también ha generado preocupaciones, especialmente en relación con el alto precio de la vivienda, particularmente en las áreas urbanas más demandadas. Y es que, para muchos, este tipo de políticas podía estar influyendo en un encarecimiento de los precios, en medio de una situación como la que vivimos actualmente, de cierta tensión social y a debate sobre el acceso a la vivienda.

No está claro que el fin de las Golden Visa en España tenga un impacto significativo en el mercado de la vivienda, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un porcentaje muy pequeño dentro de las compraventas que se realizan cada año y que, de afectar, lo haría a un mercado al que no mucha gente puede alcanzar (hablamos de viviendas de un precio superior al medio millón de euros). Donde sí tiene un indudable impacto es en la política de inmigración e inversión de España.

Y es que la decisión de eliminar estos programas no afectaría a los residentes que ya han obtenido la residencia bajo este programa, sus derechos de residencia permanecerán intactos. Sin embargo, sí afectará a los futuros inversores, quienes ya no podrán beneficiarse de este programa para obtener residencia en España, siendo de esperar que dirijan sus inversiones a otros países que sí cuenten con visados de similares características.

En resumen, mientras que algunos celebran esta medida como un pequeño paso para facilitar el acceso a la vivienda, otros lamentan la pérdida de una vía conveniente para obtener la residencia en España a través de inversiones financieras, que suponía la entrada de importantes cantidades de capital en nuestro país. Quizás el tiempo dirá si la medida ha sido o no acertada, pero por lo pronto, ya han comenzado a verse las primeras reacciones a la medida.

 

Julián Pantoja Gamero
Abogado

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